Es uno de los grandes protagonistas de mi jaulero, y este año, lo único que me regala son culadas. Está bastante falto de celo, y, aunque cantó algo más que la primera vez, no está ni al 50% de su nivel. No le debió gustar el cambio de casa. Fué un puesto de una hora, en pleno monte y a media ladera, para facilitar el acceso de las camperas en la recogida. No se oyó absolutamente nada de campo.
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