""La CAZA de perdiz con reclamo no se enseña, hay que sentirla para aprenderla. Es un arte; un arte tan viejo como el toreo y tan nuevo como el sello que le otorga cada intérprete"."


"CAMBIARIA TODO LO QUE SÉ POR LA MITAD DE LO QUE IGNORO"

jueves, 8 de diciembre de 2011

EL PEDROSO - 6 DE DICIEMBRE

     En la festividad de la Constitución, aprovechamos para intentar dar los últimos tiros de la temporada; En esta ocasión se cayeron del grupo Pepe y su hijo Pedro, y se unió Felipe. 
     El cazadero, una estupenda finca en el término de Medina, "El Pedroso", con una abundante densidad de perdiz, las cuales nos deleitaron durante la jornada, de sus cantos, lo cual encendía aún más la llama de los
cuquilleros. 
     Tierra de labor, lentiscos, olivos y esplanadas de cardos secos.

     Antonio y Paco nos recogieron en la gasolinera de Los Barrios, y paramos a desayunar, algunos/as por segunda vez en Venta Los Corzos, con una original decoración a base de trofeos cinegéticos (corzos) y cabezas de toros. Posteriormente nos dirigimos a la venta El Pedroso, donde nos encontramos con los demás cazadores y se distribuyeron las zonas a cazar.



Varios conejos de las perchas fueron cobrados por los perros de los compañeros, y como todos los cazadores no somos iguales, no los dejamos colgados de un lentisco para no tener que pagarlo. En más 
de una mata y olivos pudimos ver conejos colgados en las ramas.

     
     Aquí podemos ver lo solidarios que eran estos perros, ya que cada vez que uno capturaba un conejo siempre había un compañero que le ayudaba a transportarlo.



     El primero de la mañana, menos mal, ya que entre los lentiscos no me comía una rosca, ni siquiera los pude ver. 

La percha al completo

      En estos pagos, finalizando la temporada, los conejos están por cama, mientras que en mi tierra, a comienzo de temporada, brillan por su ausencia, cuanto más en estas fecha. Aquí aún se disfruta de un
día de caza, como en tiempos de  mi padre.



El despellejado de Tonyferme

      Hizo falta Dios y ayuda para quitarle los zahones al amigo. Cada uno tiraba por donde podía. "Manitas no, por favor".


La rotonda de Paco

     Paco, ¿qué te pasaba hijo de mi "arma"? entonces, ¿no te diste cuenta que nos recogiste ahí por la mañana? y eso que no había bebido, si no... dimos una vuelta completa a la rotonda, parecía que paseábamos las dos orejas y rabo.

     Gran día amigos. Muchos más como éste.

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