""La CAZA de perdiz con reclamo no se enseña, hay que sentirla para aprenderla. Es un arte; un arte tan viejo como el toreo y tan nuevo como el sello que le otorga cada intérprete"."


"CAMBIARIA TODO LO QUE SÉ POR LA MITAD DE LO QUE IGNORO"

martes, 3 de abril de 2012

A vueltas con el celo

Artículo publicado en la revista Trofeo sobre el celo de la perdiz. Su autor es Felipe Albaladejo.




En la ancestral caza de perdiz con reclamo de la que tenemos nociones de su existencia desde hace decenas de siglos, la condición sine qua non para poderla practicar ha sido y será el estado de celo, tanto en las del campo, como en los reclamos de las jaulas. Y todo lo que sea querer adelantar su periodo de caza con el fin de poder practicarla es querer engañar a la naturaleza, y a la naturaleza, difícilmente se la engaña.
En los años que llevo de practicante de este tipo de caza, y anteriormente, desde mi niñez, me he relacionado y me relaciono con cazadores de reclamo mas o menos expertos, y por tanto, mas o menos atinados.
Empecé a practicarla y a aprender, antes de 1970, cuando se nos tenía por proscritos furtivos. Sigo pensando que durante la dictadura de Franco, a pesar de no gustarle a este, no se empleó mano dura en su erradicación, debido a que la practicaban, al mismo tiempo que las clases humildes, integrantes de los altos estamentos de la sociedad dominante de la época. Y mas concretamente, y aunque nadie me lo ha podido aclarar, creo que le debemos los reclamistas, un favor y no pequeño, al banquero mallorquín Juan March, que como es sabido fue financiero de Franco en la contienda civil.
Creo que cuando se pensó en regular nuestra situación, lo que dio lugar a la ley de caza de 1970, March, había muerto a consecuencia de un accidente de circulación en la provincia de Madrid, y por tanto no pudo tomar mas cartas en el asunto. De ahí que en lo que concierne a nosotros, las normas que nos rigen, parece que las puso un practicante del palo mata o del ojeo. Porque yo me pregunto, porqué si el que caza en el coto vecino, sea a palo mata o a ojeo, puede ir de hita a hita, e incluso invadiendo nuestro coto; porqué nosotros hemos de ubicar nuestros aguardos a no menos de doscientos cincuenta metros. Y menos mal porque en la ley primitiva eran quinientos los metros.
En aquellos últimos años sesenta, aún nos quedaba el poso de furtivismo que habíamos venido arrastrando desde tiempos inmemoriales y nos dábamos con un canto en los dientes al, de pronto, ver como nuestra situación se legalizaba. 
Así que ahora hemos de reclamar lo que creo que es nuestro, y si una modalidad de caza se puede practicar de mojón a mojón, a lo largo del lindero entre dos fincas, porqué no se pueden practicar todas las modalidades en las mismas circunstancias. Y si hemos de respetar una distancia a los lindes, respetémoslas todos.
Pues por la misma regla de tres, yo prohibiría el uso de escopetas con más de un cartucho en la recámara y en los ojeos, no permitiría a los secretarios cargadores. Verían como la población de las perdices se recuperaba al poco tiempo.
Hoy día es normal en los cotos de los llamados del pueblo o del término municipal, el cazar el palo mata todos los días permitidos, mas luego hacer un cierto número de ojeos hasta que se abaten unos miles de perdices, y para finalizar, como es el caso de Utrera, en Sevilla, solo se pueden abatir al reclamo ciento ochenta, cuando a ojeo se han aproximado a las tres mil perdices cobradas, mas las que se ”pinchan” y no se cobran. 
Me dicen que este año como ha sido malo y a ojeo se han cobrado “solo” setecientas y pico, los reclamistas solo podrán abatir setenta y dos. ¡Que pasa!, que las que se abaten hasta que empezamos con el reclamo, esas no criarían.
Procedo de una región, sur de Alicante, junto al mar, adonde no se ha practicado nunca el ojeo y el palo mata en ocasiones muy puntuales. Nuestra modalidad reina ha sido, de siempre el reclamo y se ha dado el caso curioso de existir un aguardo “maestro” en el linde entre dos cotos y se cazaba alternativamente por los cazadores de uno u otro.
Daba lo mismo que los años fuesen climatológicamente buenos o no. Si eran de estos últimos, como es natural, las capturas eran muy escasas o mucho mas escasas que en los años buenos. Pues a pesar de todo, la población de perdices, siempre era saneadísima.
Y si a ello le añadíamos, según me contaba el médico de mi pueblo, que procedía de Hoya Gonzalo en Albacete o Pepe Gea o su hermano Trinitario, ambos de mi pueblo; que se cazase la hembra, en mayo, las poblaciones eran mas boyantes aún.
Esto que puede sonar a herejía, no lo es, ni mucho menos. Si quitamos al campo los machos, cuando las hembras están a punto de concluir su incubación, tanto mejor. Porque el comportamiento de estos es muy parecido al de los leones machos célibes cuando encuentran a una leona con cachorrillos y sin la debida protección.
He oído que un dueño de coto captura vivos los machos de su finca en Mayo, y los mantiene en un voladero hasta últimos de Julio, cuando están pelechando y los pollos ya han salido del nido. Y lo hace año, tras año, y creo que no le vaya mal.
Pero lo que pasa en nuestra querida España, es que entre sus habitantes se da mucho eso de despreciar algo, cuando no se conoce.
Aquí hay que ir a lo fácil, y hacer dinero fácil y si es engañando a bobos, qué mas da.
Hoy lo normal, es ir a cazar a cotos de “autontonas” y terminar la temporada con cerca de trescientas o más, abatidas.
Esta misma temporada, un conocido mío, ha abatido en los tres puestos de una jornada, la bonita cifra de treinta y seis perdices. Otro compañero del anterior, en un puesto de tarde, abatió catorce. El récord, lo tiene otro, que hace más de veinte años, en una finca de Albacete, de dueño muy conocido, abatió en un solo puesto, treinta y siete, gastando los veinticinco tiros de la canana. Y pudieron ser más de no haber agotado la munición. El pájaro no volvió a cantarle más. 
Desde que la perdiz se hizo ave migratoria, a lomos de vehículo a motor, ya no hay años malos. Es cuestión de euros y poco más.
Yo digo que el que no se consuela es porque no quiere. Hoy día por poco dinero te puedes hacer de una nutrida gallera y luego puedes ir a cazar a cotos de los que dicen que la suelta se hizo el verano anterior, como si los genes les cambiasen con el tiempo, en unos cuantos meses, y de golpe y porrazo estuviésemos ante perdices rojas de las de toda la vida. ¡Óh milagro!
En estos casos empleo el símil, de cuando niño, mi madre cocinaba una vez al mes, un domingo, arroz y pollo que ella criaba en el corral de casa. Vivíamos en el campo. Y aquel arroz con pollo, cocinado con leña, sabía a gloria. Después aparecieron las granjas y el butano, y se podía comer arroz y pollo a diario, pero creo que estaremos de acuerdo, en que no era lo mismo.
Pues con la caza del reclamo ha pasado tres cuartos de lo mismo. Cuando empecé en esto, los cazadores punteros de mi pueblo, no solían abatir más de veinte, a lo sumo veinticinco perdices, los años buenos. A lo mejor, muy de vez en cuando, alguno tiraba cinco tiros en un puesto y esto que era muy infrecuente, se celebraba, invitando el causante de la hazaña a toda la tertulia a un alboroque. Después, los más pudientes, económicamente hablando, subían a La Mancha, y la cosa ya era algo mejor. A La Mancha iban en los primeros días de marzo y estaban hasta San José. Y ahora, lo chocante es que la veda se cierra el cuatro de Marzo y se abrió el veinticuatro de Enero. O lo que es lo mismo, estamos cazando a una altitud de aproximadamente mil metros en periodo propio de zonas templadas a nivel del mar.
Esta caza tiene multitud de inconvenientes. No todo es esperar a que se levante la veda y a cazar se ha dicho. Se ha de tener en cuenta, lo primero, el celo. La experiencia adquirida con los años de la práctica, sobre todo por nuestros antecesores y luego experimentada por nosotros mismos, nos dará a entender cuando es la fecha adecuada para la apertura de la veda en determinadas zonas muy puntuales. Y esto a poco observadores que seamos y una vez consultados los veteranos, no es complicado de conocer.
La meteorología, sobre todo el viento, es el enemigo número uno del reclamo. Por supuesto que la lluvia intensa o la nevada copiosa, como el calor sofocante, no le van a la zaga.
Por el contrario, la niebla, el rocío y sobre todo la calma con ausencia total de aire es lo ideal para practicar la caza del reclamo. Y por supuesto la humedad en el ambiente y en el suelo.
No digamos nada si a tiempo bueno, sobre todo de tarde, nos entran al puesto varias persona haciendo ejercicio, bien a pié o en bicicleta, o lo que es peor en un quad o en una moto de trial.
O que el pastor con el ganado al ver un coche extraño, le pica la curiosidad y acompañado de ovejas y perros se acerca a informarse.
O el leñador o el podador de olivos que nos obsequian con el siempre desagradable concierto de motosierra.
O simplemente, el labrador a lomos de su tractor que he ido a labrar el olivar o a preparar el barbecho por si acaso llueve.
Este tipo de caza requiere que el silencio se oiga y que solo sea roto por el canto de las perdices o de otro tipo de aves de mucho menor tamaño.
Aquí lo que es un sacrilegio es que regiones tan extensas y diversas como Andalucía o Castilla La Mancha, tengan una fecha de apertura y cierre, inamovible, para cada una de ellas. Para quién no lo entienda, le pongo un símil. En España, las vacaciones de verano, básicamente son en julio y agosto. Pero en Canarias, que también es España, en julio y agosto, es temporada baja. Supongamos que ahora que el ministro del ramo es canario, y parece el hermano alto de Aznar y sin bigote; se le ocurre que el veraneo en vez de ser en julio y agosto, va a ser en marzo y abril. Y no se puede cambiar ni un solo día adelante o atrás. Canarias no disfrutaría de una temporada alta, pero se aproximaría. Lo que ya no sería tan lógico, sería el veraneo en la cornisa cantábrica, la Costa Brava o las mismísimas Baleares, pues las horas de sol, no serían las adecuadas y el agua del mar no tendría la temperatura ideal.
Lo grande de España es su diversidad y todo lo que sea querer adocenar de una forma u otra a sus tradiciones es desvirtuarla. Y esto no debe permitirse.

4 comentarios:

José Antº Romero Lluch dijo...

Muy bien amigo Felipe. Tienes toda la razón.

Un saludo.

Puesto de alba dijo...

Gracias Mari Carmen, por poner el artículo de Felipe en la revista, a ver si con artículos como este, de gente que entiende, con dilatada experiencia en el tiempo, en una revista de importante tirada, va calando gota a gota, en la gente la problemática de esta caza, que depende tanto de la climatología, y que no se puede mudar en el calendario, como los políticos con carnet, sin experiencia y conocimientos en nada, le parezca conveniente, sin hacer caso a las fechas que tradicionalmente, se ha desarrollado esta caza desde siglos.
Un saludo.

CUQUILLERA dijo...

La verdad, compañeros, que no creo que conozca la temporada cuquillera en la que pueda cazar en unas fechas razonables. No sé si alguna vez llegará el momento en el que se nos reconozca como unos cazadores decentes, y que podemos hacer por la verdadera perdiz autóctona lo que no otros cazadores.

Felipe Albaladejo dijo...

Desde que escribo sobre reclamo en los diversos lugares en que puedo hacerlo, una y otra vez, me da la sensación de que predico en el desierto.
Un día tras otro, mi pregunta es siempre la misma, ¿en manos de quién estamos?, y cada vez le doy más la razón a los viejos que aseveraban que lo peor que se pudo hacer, fué legalizar la caza con reclamo. Y esto último lo decían los de mi pueblo y los conocidos de Eulogio Villar. Y me imagino que lo dirían todos los que conociesen este tipo de caza. Y eso que cuando se legalizó la modalidad que nos ocupa, ni nos imáginábamos que nuestra querida piel de toro se iba a ver hecha trocitos como se vé.
Lo que mas me desanima es que una inmensa mayoría de los cazadores veteranos que conozco se han adocenado de tal forma que solo quieren granja para todo. Y los pocos nuevos que van saliendo, pues idem de lo mismo. Y así nos luce, y por desgracia, nos lucirá el pelo. A los que les quede pelo.