""La CAZA de perdiz con reclamo no se enseña, hay que sentirla para aprenderla. Es un arte; un arte tan viejo como el toreo y tan nuevo como el sello que le otorga cada intérprete"."


"CAMBIARIA TODO LO QUE SÉ POR LA MITAD DE LO QUE IGNORO"

domingo, 6 de octubre de 2013

A favor o en contra (Artículo Trofeo septiembre)

A FAVOR O EN CONTRA

Nací demasiado tarde y no pude conocer nuestros campos poblados de abundantes y auténticas perdices rojas, y ya sólo me queda imaginarlo y oirlo en boca de veteranos cazadores, y de cómo debían afinar la imaginación o qué reclamo tenían que tener para poder meter una perdiz en plaza.
Aunque, afortunadamente, no lo he vivido, durante muchos años los reclamistas se han dedicado a arrendar cotos, generalmente esquilmados por los propios dueños, que llegaban a tal estado de escasez de perdices, que los hacía imposibles de alquilar a cazadores ávidos de pegar muchos tiros.
Cuando los reclamistas alquilaban un coto, habitualmente por cinco años, tiempo justo para recuperar la población de perdices en aquelLos tiempos en que la granja aún era desconocida para ellos, llegaba el potentado de turno, y le ofrecía al dueño el doble de lo que habían pagado los reclamistas, y éstos se quedaban compuestos y sin novia, caza en este caso. Finalizada la temporada, borrón y cuenta nueva, volver a empezar en un coto que era un solar baldío.
Cuando llegó la burbuja económica, cualquiera de los nuevos pudientes podía ser cazador, aficionado o no, pero se hacía llamar así. Y poco a poco, unA vez tras otra y sin tiempo para que nuestros cotos se recuperasen, se podía gritar a viva voz "negocio a la vista", Y como de la ambición a la avaricia hay un camino muy corto, "dicho y hecho". El número de autóctonas fue descendiendo y ahí aparecieron las granjas, con la maravillosa idea de hacernos creer que repoblaban con perdiz pura.
El 14 de agosto de 1902 se publicó un artículo en el Heraldo de Madrid, referente a la ley de caza del 16 de mayo del mismo año, en el que ya se hablaba de la caza de perdiz con reclamo.
No llevamos a cabo una modalidad ilegal, pero a pesar de ello, los reclamistas no estamos bien mirados por un amplio colectivo de esta sociedad, unos cazadores y otros no. Somos considerados los verdugos de la auténtica perdiz roja. Pero estos "jueces" desconocen que los cuquilleros somos los que más trabas tenemos a la hora de ejercer nuestra afición. Caza a destiempo. No somos nada favorecidos a la hora de colgar, en muchas zonas se cazan en época fuera de celo; si seguimos así, llegará el día que abramos los regalos de Navidad en el puesto. Este parece ser el gran inconveniente para los que protestan sin argumentos y que creen saber algo de caza. Distancia hasta la linde. Debemos respetar una distancia, nada despreciable, hasta la linde del vecino, y eso, ¿por qué? ¿para no matar las perdices del de al lado? debe ser. ¿Por qué en un ojeo o en la caza en mano no hay que respetar los metros? Cupo. Este también es un poderoso argumento, porque qué suerte la nuestra si en alguna ocasión pudiésemos abatir más de cuatro perdices autóctonas, no "patirrosas", en un día, porque seria señal de que tenemos de media cuchara para arriba en la jaula. Importantes detalles que condicionan bastante.
Dicen de nosotros que matamos a traición, escondidos, a un animal que está quieto o caminando pausadamente, aprovechándonos del enamoramiento de las hembras o de la gallardía del garbón que defiende su territorio. Sin embargo, son muchos los detalles que hay que tener en cuenta en esta modalidad, detalles tan precisos que de ellos depende el resultado de un puesto, y todo, antes del disparo, momento cúlmen para el cuquillero y el reclamo.
El reclamista debe poseer unos buenos conocimientos cinegéticos para esta modalidad, conocer el coto donde cuelga, lugar en el cual colocar el puesto o el tanto, la querencia de las perdices. Nosotros, no empleamos un perro adiestrado, que si hay caza, tarde o temprano, acosa y cansa las perdices; si no un pájaro que si no posee cualidades o si su celo no es óptimo, por ejemplo, nos dará una mochuelada de padre y señor mío.
Otoño seco, primavera excesivamente lluviosa, celo tardío, reclamo bregoso o mudo... impedimentos que no dejan llegar al cuquillero a uno de los mejores momentos de un puesto, si la jaula lo merece, el TIRO.
Los reclamistas que cazamos perdiz autóctona, un solo tiro borra las horas de penurias que sufrimos dentro y fuera del puesto.
¿Por qué somos nosotros quiénes evitamos que las perdices procreen?¿Somos los que más hembras eliminamos de los cotos? Partiendo de la premisa que cazamos sólo perdiz autóctona en el mismo coto, el cazador de "al salto" o de ojeo abate un mayor número de patirrojas que el reclamista; y los primeros poseen más días de caza. ¿Qué sucede, que las perdices que vuelan no procrean? ¿al vuelo son capaces de distinguir cuál es el macho y cuál la hembra? Cazando el reclamo, en mayoría de las ocasiones, es posible diferenciar la hembra, siempre y cuando, ésta nos quiera obsequiar con su presencia en la rasa. y si el cuquillero lo desea, porque su reclamo no haya trabajado, a su entender, bien, porque esté prohibido tirarla o por cualquier otra razón, puede dejarla marchar.
Como en todo en esta vida, el desconocimiento hace que se generalice, pero habemos cazadores de reclamo y seudoreclamistas, sin embargo, parece que todos hemos sido hechos con el mismo molde. Existe una mayoría generalizada, que con más encono gritan contra el reclamo, los cuales solo hablan porque algo han oído, y sin saber, sin haber tenido la experiencia de practicarlo como mandan los cánones, eliminando de esos 40 días los de agua, viento, nieve, el ovejero, el que limpia los olivos... En pocas palabras, unos de los grandes defectos del ciudadano español es, por sistemas, despreciar lo que desconoce.
De las tres modalidades existentes para cazar la perdiz, el reclamo es la única que, aunque no se hagan las cosas bien, no hará desaparecer a las patirrojas, ya que en ésto se da la paradoja de que hasta las patirrosas, es decir, las granjeras, se enteran de qué va la película, por lo que se complica abatirlas, convirtiéndose ésto en un problema para los amantes de la puRa, ya que al burlar al cazador, quedan en el campo con el consiguiente problema de hibridación y pérdida de pureza en la autóctona.
Para finalizar, mencionar un breve párrafo extraido del maravilloso texto A+B:

"Cuando oígan censurar la caza con reclamo, discutan, refutando lo más indispensable, por se máxima cristiana enseñar al que no sabe; pero como no hay peor sordo que el que no quiere oir, si observan gran tenacidad en el detractor, y sólo aconsejar que antes de leer "El Quijote" se repase a diario la cartilla, ya que, desgraciadamente en España, existen muchos sabidillos que se creen ilustrados, y, sin embargo, no han llegado a entender el abece"

2 comentarios:

Unknown dijo...

yo tengo el honor de conocer esa gallera

Unknown dijo...

Como se diría en los círculos taurinos, que tan semejante es a este bello arte, "con mucha verdad". Enhorabuena por el post!!! Saludos Cuquillera