Los ganaderos exigen la continuidad de las ayudas por daños de jabalíes

 

UUAA denuncia que 1.400 afectados siguen sin cobrar y que este año no hay fondos presupuestados. Ve insuficiente ampliar la temporada de caza

 Sin presupuesto y sin valoración. Las ayudas de la Xunta por daños de jabalíes a prados, cultivos y cosechas han desaparecido o, al menos, así lo constatan desde Unións Agrarias, que sostiene que no existe
presupuesto consignado para este año y denuncia que se están desmantelando los servicios provinciales de peritaje. Por esta razón, el secretario de Desenvolvemento Rural, Jacobo Feijóo, cree "insuficiente" la decisión anunciada el jueves por el Gobierno gallego de ampliar la temporada de caza de este animal salvaje para intentar disminuir su población en la comunidad y, como consecuencia, el número de destrozos.

El sindicato cifra en cuatro millones de euros los desperfectos que se producen en Galicia anualmente y avisan de que es "una tendencia en aumento año tras año". Ante esta situación, valoran que se permita cazar más jabalíes, pero creen que se debe continuar con las subvenciones. "Quien sufre un daño por su efecto, debe ser económicamente compensado, y no abandonado a su suerte", reclama Feijóo, que destaca la "tensión" entre la población rural cada vez que se acerca la campaña de plantación.

Y es que todavía hay 1.400 afectados de los dos últimos años que todavía no han cobrado una indemnización por daños causados por jabalíes. La razón: la cada vez más escasa partida en los presupuestos gallegos para estas ayudas, que este año se ha hecho ya inexistente. Unións Agrarias recuerda cómo en 2009 la inversión autonómica no alcanzó para cubrir los gastos de más de 400 afectados. En el año 2010 se cubrieron expedientes de 2009 y solo una parte de ese año, aunque quedaron un millar de personas sin ayuda. Y llega 2011, y la central agraria observa cómo en las cuentas públicas gallegas solo se destinan 200.000 euros para desperfectos por fauna salvaje. A partir de la aprobación de los presupuestos autonómicos se emiten, recuerda Feijóo, las órdenes específicas para cada animal y, teniendo en cuenta que la de los lobos ya está publicada y suele acaparar alrededor de 200.000 euros, sospechan que no habrá ni un euro para jabalíes.

Así las cosas, con más de un millar de damnificados aún pendientes de cobrar y otros muchos que temen que este año pasen a engrosar la lista de espera, el sindicato no ve posible controlar la población de este animal sólo con la caza. "La Xunta opta por meter la presión del control de los daños a cazadores y agricultores y ganaderos mientras pretende quedarse al margen de cualquier tipo de corresponsabilidad", denuncia el responsable de Desenvolvemento Rural, que insiste en que las subvenciones son la única salida, por ahora, para dominar la situación. "Apostamos por el sistema de ayudas públicas como forma más solidaria y socialmente responsable de hacer frente a los daños de los jabalíes en las explotaciones", defiende.

La Consellería de Medio Rural debería, explica Feijóo, "reconsiderar" la decisión de dejar sin fondos la partida para este año y afrontar, con el dinero sobre la mesa, la elaboración de un "nuevo marco legal" de colaboración entre los implicados en la gestión de la fauna salvaje en Galicia. Eso sí, Unións Agrarias no descarta mantener la ampliación de la temporada de caza, pero las 10.000 piezas apresadas por temporada en las 20.000 batidas anuales autorizadas por la Xunta, dice, no son suficientes para "revertir la tendencia en el aumento de los daños".

Además de incrementarse el número de desperfectos por la existencia de mayor población, la adaptación de los jabalíes a la presencia humana, advierte Feijóo, provoca la aparición de "nuevas tipologías de daños". Es el caso, dice, de los ataques a silos de maíz junto a las casas, donde la ruptura de plásticos y la aireación del producto, causa "la pérdida total de lo almacenado", que sirve para alimentar al ganado en invierno.

Estos animales cambian de costumbres por el contacto con las personas y éstas cada vez les temen más. Así, desde la central subrayan que en "numerosas" comarcas gallegas se renuncia a cultivar cereal o huertas por el "elevado" riesgo de perder las cosechas. "Crece en el rural la sensación de indefensión, desamparo y abandono", denuncia.