Veterinarios y cazadores organizan del 13 al 15 de mayo un seminario sobre la perdiz roja, la pardilla y la moruna
Durante los días 13, 14 y 15 del mes de mayo se celebrará en la Facultad de Veterinaria de León un Seminario Nacional de Perdices. Además de la perdiz roja, genuina de la Península Ibérica, el seminario estudiará la perdiz pardilla, presente en la montaña, y la perdiz moruna de Canarias.
El seminario está organizado por el Grupo de producción y Gestión de la prestigiosa Facultad de Veterinaria de León. Entre los objetivos de este seminario estarían el estudio de la situación actual y problemática de las poblaciones de perdiz roja, pardilla y moruna, difundir los conocimientos científicos sobre los últimos proyectos realizados con las especies citadas y crear un foro de encuentro para estudiantes y profesionales. Científicos, cazadores, entre los que se cuenta con Ismael Tragacete, y periodistas compartirán conferencias y mesas redondas para enfocar la problemática desde diferentes aspectos.
La impresionante caída de las poblaciones de perdiz roja, la reina de la caza menor, que en muchas zonas amenazan seriamente la supervivencia de la especie no es un hecho aislado, pues en él confluyen multitud de factores. El mas importante, sin lugar a dudas, se debe a la acción del hombre, pero no por la práctica cinegética, que también, sino por el sistema de explotación del campo. La moderna agricultura, además del veneno, utiliza métodos totalmente agresivos con el medio ambiente. A las concentraciones parcelarias que han destruido infinidad de lindes y vegetación donde la «patirroja» anidaba y se ocultaba de los predadores, se une la forma de arar de los enormes tractores que dejan totalmente molidos los terrones en las campiñas arcillosas donde el mimetismo de la perdiz, una de sus mejores defensas, se pierde. El uso de herbicidas, pesticidas y funguicidas, el grano tratado para la sementera y los abonos químicos producen enormes bajas especialmente en años secos. Las cosechadoras que trabajan durante la noche se tragan con frecuencia polladas enteras. El maíz, que en pequeñas manchas asegura la protección, con su ampliación hasta convertirse en monocultivo termina destruyendo el hábitat y dando cobijo a los depredadores. Mientras tanto en la montaña sucede todo lo contrario. El abandono de las prácticas agrícolas y de ganado menor permite que las pequeñas parcelas que antaño se sembraban de trigo, centeno o patatas se cubran de monte. La ausencia de terrenos en los que apeonar y granos para alimentarse reducen al mínimo las polladas de perdiz en estas zonas donde antaño abundaban.
La perdiz pardilla, cuyo habitat se sitúa próximo a la alta montaña, se ve amenazada por la apertura de pistas forestales, plantaciones con especies alóctonas y furtivismo. Pese a que ha sido retirada en Castilla y León del catálogo de especies cinegéticas, y por tanto no se la puede cazar, sus poblaciones no se recuperan y corre un serio peligro de extinción. En todo caso, y de esto se hablará en el seminario, ambas son susceptibles de cría en cautividad con líneas mas o menos puras desde el punto de vista genético.
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