¿Se abrirá la veda para la caza del Lobo... al sur del Duero?

Si usted fuera lobo, haría bien en quedarse al sur del río Duero. Allí, nadie tiene amparo legal para cazarle. Y, sin embargo, si se aventura a cruzar el río hacia el norte, pese a permanecer en la misma comunidad autónoma, Castilla y León, se convertirá en una especie cinegética susceptible de medidas de gestión. Así es, resulta que los lobos son en esta autonomía susceptibles o no de protección en función del punto cardinal hacia el que se dirijan. Ahora bien, esto podría cambiar en poco tiempo o, al menos, eso es lo que desde hace años viene exigiendo la Junta de Castilla y León. Ahora, el Senado le ha echado un capote. La semana pasada la Comisión de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de la Cámara Alta aprobó, con el acuerdo de todas las formaciones políticas, una moción por la que pide al Ejecutivo que tramite en Europa un cambio en la directiva que regula la conservación de los hábitats naturales y la flora y fauna silvestre. El objetivo, contra el que no parece existir oposición ideológica, al menos en la dimensión parlamentaria, es que el Gobierno español solicite a la Comisión Europea la inclusión de la población continua de lobo del norte y centro de Europa en la lista de especies que “pueden ser objeto de medidas de gestión”. Eso sí, si usted fuera lobo y quisera huir de los cazadores –de los legales, contra los furtivos sólo queda el SEPRONA--, todavía le quedaría un lugar en el que refugiarse, ya que la iniciativa solicita que se mantenga la “protección estricta para las poblaciones aisladas y amenazas del sur de España. Castilla y León alberga la mayor población de lobos de España, lo que, a juicio, de los autores de esta iniciativa en el Senado, implica llevar a cabo una gestión compleja sobre la especie, que persigue como objetivo compatibilizar la conservación, la existencia y mantenimiento del lobo, con la existencia de explotaciones ganaderas en el medio rurla, que garantizan el funcionamiento y mantenimiento de la población en los pueblos. Las reivindicaciones para que cambie la legislación comenzaron en 2003 y, en 2005, Gobierno y comunidades autónomas, reunidos en Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, recogieron esta aspiración en la Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España (Canis lupus). Después, el Ejectuvio regional aprobó un Plan de Conservación y Gestión de la Especie para compatibilizar su existencia con la de la ganadería extensiva y la viabilidad económica de las explotaciones agropecuarias. No obstante, a pesar de la voluntad del legislador español, los ´populares´ argumentan en su propuesta que este cambio regulador aún no se ha producido en el orden europeo, por lo que Castilla y León tiene que aplicar un doble criterio de catalogación según la ubicación geográfica en el territorio: al norte del río Duero, el lobo es una especie cinegética; al sur, está catalogada como especie “estrictamente protegida”. A su juicio, en Castilla y León se ha demostrado, a lo largo de estos años, que gestionando cinegéticamente las poblaciones más importantes de lobo se ha conseguido su expansión a prácticamente todo su territorio, así como a comunidades autónomas limítrofes, utilizando una caza ordenada que, en su opinión, favorece un modelo de gestión sostenible que sí comprende la población rural que sufre el ataque de algunos lobos a sus cabañas y sus cosechas. Y, aunque parece que todos están políticamente de acuerdo en España en que es necesario gestionar la población de lobo como única en toda Castilla y León, las opiniones sí que diferen entre los cazadores, que aplauden la medida como solución sostenible generadora de recursos en el medio rural, y los ecologistas piensan que las poblaciones del lobo al sur del Duero son las más amenazadas de Europa y requieren protección. Pase lo que pase, insisto, si usted es un lobo, siempre le quedará Sierra Morena.