Caza con marchamo de calidad

La consejera María Jesús Ruiz compromete un sello que garantice la trazabilidad de los productos cinegéticos de la Comunidad

Conocer el origen de los productos cinegético, así como su trazabilidad —el proceso que sigue desde que se captura— es el objetivo del sello de calidad que tendrá la caza de Castilla y León. La consejera de Medio Ambiente, Maria Jesús Ruiz ha comprometido la creación de este marchamo para la próxima legislatura en el caso de que Juan Vicente Herrera vuelva a gobernar. 

El pasado viernes se lo hizo saber al presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, durante la inauguración de la Casa de la Reserva de Caza de Urbión, el primer centro de estas características que comienza a funcionar en la Comunidad con el objetivo de dar servicio y cobertura a los cazadores que acuden a la zona.

Las instalaciones están ubicadas en Quintanarejo (Vinuesa) y pretenden convertirse «en un escaparate del potencial energético de la Comunidad» dado el importante recurso natural que constituyen en Castilla y León la caza, con 44 especies cazables (36 de caza menor y ocho de caza mayor). Al centro soriano se sumarán antes de que finalice la legislatura la Casa de la Reserva de Caza de Gredos en Navacepeda y se encuentran también en ejecución la Casa de la Reserva de Riaño en Boca de Huérgano (León) y la correspondiente a la Reserva de Las Batuecas (Salamanca). Además se encuentran en fase de redacción el proyecto de la Reserva Regional de Fuentes Carrionas, en Cervera de Pisuerga (Palencia). Juntas constituirán la Red de «Casas de la Reserva» como núcleos de referencia para la práctica de la actividad cinegética, con el objetivo de que funcionen también como centros de difusión de la importancia en el medio rural.

Las nuevas instalaciones sorianas han supuesto la rehabilitación del antiguo centro forestal en la localidad de Vinuesa. La Casa del Ingeniero, la Casa del Guarda, la Nave y la Fragua componen el conjunto de El Quintanarejo, cuyas estancias servirán, cada una de ellas, para la celebración de exposiciones y reuniones; la gestión de las propias instalaciones —se proyectan dos pequeñas habitaciones para investigadores, además de la vivienda para el encargado del centro de servicios—; y la propia actividad cinegética —con una sala de tratamiento, despiece y elaboración de carne, así como un despacho para el veterinario—. Y es que las posibilidades cinegéticas de la zona son muy variadas, tanto para los amantes de la caza a rececho o de las cacerías colectivas de jabalí. Las especies de caza mayor más relevantes son el corzo, el ciervo y el jabalí.