Los cotos de caza de Huesca están a la espera de la reunión que mantendrá la Federación Aragonesa de Caza en próximos días con el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) para estudiar la ampliación de la cobertura del seguro por los accidentes de tráfico causados por animales cinegéticos.
Una solución a corto plazo se podría adoptar mediante la ampliación de la cobertura de la póliza suscrita por el Inaga o a través de una nueva, aunque los responsables de los cotos consideran que si no se llega a un acuerdo antes del 25 de marzo, la mayoría desaparecerán al no poder hacer frente a las indemnizaciones.
El presidente de la Federación, Fernando Tello, ha asegurado a Efe que el Inaga "se está esforzando por buscar una solución, y yo soy paciente si la gente se esfuerza", toda vez que "se están poniendo en contacto con compañías de seguros para completar el sistema de aseguramiento que tienen ellos", ha añadido.
La reunión, que todavía no tiene fecha, no es para lograr un consenso y una voluntad política que ya les ha manifestado el Gobierno de Aragón, "sino para buscar ul acuerdo técnico y ver cómo y cuánto".
Hasta la fecha, una docena de cotos de caza oscenses se han dado de baja por no poder hacer frente a las indemnizaciones que deben asumir por los accidentes de tráfico que provocan las especies cinegéticas, una situación que se deriva de las últimas sentencias de la Audiencia Provincial que obligan a los titulares de los mismos a efectuar los pagos que, en algunos casos, llegan a los 20.000 y 50.000 euros.
En este sentido, Tello considera que el día que por culpa de un accidente de caza o por evitar un atropello caiga un autobús a un barranco, "estamos perdidos".
El presidente de la Federación ha explicado a EFE que según el artículo 71 de la Ley de Caza, es el Gobierno de Aragón, a través del Inaga, el que asume las indemnizaciones derivadas de un accidente, cuando éste es consecuencia directa de la acción de la caza.
Sin embargo, los días que no son de caza la administración está exonerada y son responsabilidad del coto si no se ha observado la diligencia debida, un término que Tello califica como "esotérico".
Explica que las Audiencias Provinciales de Teruel y Zaragoza piden al demandante que demuestre que el coto no ha observado la diligencia debida, pero en el caso de Huesca se les dice "que no se ha observado", pese a que hay algunos "que incluso ponen barreras de olor, puntos de agua y comida dentro para que los animales no tengan que desplazarse fuera del mismo".
La ampliación del seguro por parte del Inaga sería una solución transitoria ya que la definitiva, y a largo plazo, llegaría con la modificación del citado artículo y la explicación clara de "qué es la diligencia debida", una solución que ya no es posible en la actual legislatura.
La situación ha generado inquietud entre los cazadores de la provincia de Huesca, donde existen 320 sociedades, algunas de ellas con dos cotos.
Por este motivo, hasta la fecha han sido una docena los cotos que han presentado su renuncia ante el temor de no poder afrontar las indemnizaciones por accidente.
"La gente está asustada y no tiene ninguna intencionalidad política ni de ningún tipo, pero quiere dormir tranquila porque si piden una responsabilidad de entre los 500 y 1.000 millones de las antiguas pesetas, no podrán pagarlo en toda su vida", apunta Tello.
La mayoría de estas sociedades tienen un seguro módico con defensa jurídica de 212 euros, "pero en Huesca no nos mantienen ese precio, nos lo suben a 500 y no sé cuanto durará".
Estos seguros tienen una cobertura de daños a terceros que cubren un máximo de 180.000 euros anuales por coto en el caso de daños materiales y de 150.000 euros anuales por coto para los daños personales y aunque algunos tienen seguros de mayores primas y tienen mayores coberturas, "no es lo habitual".
El presidente de la Federación insiste en que si las sociedades de cazadores dejan la titularidad de los cotos, "casi todas las indemnizaciones van a caer encima del Gobierno de Aragón", porque además de estos espacios, el 75 por ciento del territorio aragonés está sometido a figuras de protección y de todos es titular el Ejecutivo autónomo.
Por ello, incide en que, ante ese posible abandono, el Gobierno de Aragón "económicamente no sólo no ganaría, sino que perdería porque le costaría más caro".
Además la desaparición de los cotos supondría no sólo un desarreglo ecológico porque sólo el año pasado en la provincia de Huesca pasaron por el veterinario 20.400 jabalíes, sino que generaría riesgos de tráfico porque "se puede incrementar notablemente el movimiento de animales en la carretera".
Precisamente, son los jabalíes la especie cinegética que más accidentes de tráfico provocan, y en la provincia oscense el pasado año se registró casi la mitad de los más de mil sucesos ocurridos en Aragón.
A ello habría que sumar los daños en la agricultura y en el ecosistema porque los jabalíes "se comen todos los huevos que encuentran por el suelo ya sean de aclaraban, perdiz o urogallo", advierte Tello.
En la reunión mantenida el pasado domingo en Huesca para abordar esta situación participaron 270 sociedades, y en su transcurso los cazadores decidieron dar al Ejecutivo un plazo de quince días, que concluye el próximo 25 de marzo, para buscar una solución.
Tello ha añadido que se aconsejó a los propietarios de cotos que bordean con vías rápidas que renunciaran a la actividad cinegética.
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